Efectivamente no me equivoqué demasiado, ya que tu gran capacidad social me hace desconfiar un poco. Pero yendo mas allá de las primeras impresiones reconozco que me equivoqué bastante. He convivido contigo estos últimos días y he visto algunas partes de ti que me atraen demasiado. Me encanta tu forma de ser; una especie de alma bendita de la caridad dispuesto siempre a dejar todo lo que tienes y a estar atento al bienestar de todos, cuando los demás parecen no darse cuenta de los pequeños detalles.
Con una sonrisa siempre das los buenos días, tu emoción por la música rock a todas horas me enloquece, llegar a esta pequeña casa con la que convivimos tanta gente y escuchar esas canciones que aunque a veces molestan, te arropan sin querer diciéndote -ya estas en casa, y yo también.- Caracterizando ese maldito acento Italiano que tanto aborrezco y que salido por tu boca como dulce melodía hablando un perfecto Español, con un tono italiano melodiosamente cálido y arropador. Aún así, sigo sin saber cual es el color de tus ojos, cosa que me impacta demasiado por ser un factor que siempre tengo en cuenta, y mi último objetivo antes de marcharme.
Pues no puedo recordar si estos son de color almendra, de color marrón azulados, verdes o pardos. Pero te aseguro que lo averiguare en estos días que me quedan.
Cosa que me enamora de ti cada día, es tu absoluta limpieza, lo ordenado que eres aunque no lo parezca. Tu habitación con su pequeño desorden a tu manera, amplia e impecable, con tu música por todas partes. De tu físico no tengo nada que decir, pues no es que este me importe demasiado, y por lo descrito anteriormente salta a la vista lo hermoso que eres. Pero, lo que mas me gusta de este, es ese pelo castaño que tienes, con esa fina barba de 3 días asomando, y de la que aún recuerdo el tacto de esta al acariciarte suavemente mientras dormías, al tiempo que despertabas de un sueño por lo visto no muy profundo.
Por todo ello, he descubierto que no me importaría enamorarme de una persona como tu. Y aunque queda claro que no eres un príncipe azul, ya me gustaría poder quedarme y dejar florecer estos sentimientos que me asombran cada vez mas.
La despedida sera triste, pues alguien como tu no se encuentra todos los días y se, que tan solo quedará el recuerdo de esta casa, la música y tu, cada vez que vuelva a esta maravillosa ciudad que tantas cosas me ha hecho sentir, y de la que ahora me despido, dejándote a ti solo a merced de ella. Y solo puedo decirte una cosa amigo mío, me alegro de haberte conocido. A pesar de ello, tan solo me llevare una cosa de ti, el color de tus ojos sea cual sea y que tan desapercibidos han pasado por delante de mi.